viernes, 11 de abril de 2014

Payasos

Ay, los payasos... ¿Qué tendrá el humor de los payasos?

Siempre me han chiflado esos chiflados con pelucas y caras pintadas. Mi padre siempre me decía que yo tenía que ser payaso, pero por llevar un poco la contraria me metí en esto de la magia. Aún así, ese lado payasil que siempre he tenido no ha podido mantenerse escondido y ahora me dedico a hacer magia para reírse, magia cómica. Tú ganas, papá.

 Esta es una foto un poquito borrosa de mi primer contacto de primera mano con lo payasístico.

Es difícil, la magia cómica. Se ha escrito mucho sobre eso, pero en resumen, no se trata de hacer magia contado chistes y haciendo bromas graciosas en el medio. La magia cómica va un poco más allá: en este tipo de magia, los propios efectos son comedia.

Los payasos clásicos son una fuente de inspiración inagotable para la magia cómica. En sus números se enfrentan a un sinfín de situaciones absurdas que rozan el surrealismo y por lo tanto están salpicadas de magia. Además, son una figura universal; cualquier persona de cualquier parte del mundo y de cualquier época puede entender el humor de un clown. Si a todo esto le sumamos que no hay dos payasos iguales ni dos números iguales... Es imposible no encontrar alguno que nos inspire.

De izquierda a derecha: Grock (Suiza), Charlie Rivel (el mundo mundial) y Leonid Yengibarov (Rusia).

Para cerrar esta breve reflexión sobre los payasos, voy a dejar aqui un vídeo de esos que hay que ver. Son un par de horas sobre payasos de los de antes, un recorrido por los actos de algunos de los grandes maestros.

¡Hasta la próxima!




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